El masaje es una combinación de manipulaciones dentro del tipo de medicina integral en la que un masajista/terapeuta frota y presiona firmemente la piel, los músculos, los tendones y los ligamentos, utilizando diferentes técnicas para provocar en el organismo un conjunto de reacciones directas o reflejas con efectos terapéuticos.
La terapia miofascial comprende diversas técnicas manuales con el propósito de liberar la tensión en las fascias (tejido blando conjuntivo que rodea los músculos, órganos y nervios y que les dotan de estiramiento y movilidad) y romper el círculo vicioso que provoca inflamación.


El término masaje terapéutico engloba toda una serie de técnicas de masaje que se utilizan en el tratamiento de trastornos neuromusculares y musculoesqueléticos, facilitando la eliminación de toxinas, activando la circulación sanguínea y linfática y mejorando el aporte de oxígeno a los tejidos.
El masaje deportivo consiste en la utilización de diferentes técnicas de masaje con diferentes fines: el calentamiento de los músculos antes de la competición, oxigenándolos y aportándoles flexibilidad, y la recuperación y descarga de los músculos mediante masajes de drenaje linfático y retorno venoso.


La osteopatía visceral se encarga de liberar las tensiones mediante una serie de técnicas que consisten en abordajes suaves, realizando masajes y otras acciones manuales que favorecen la distensión muscular. La intervención suele durar entre 20 y 45 minutos. De esta manera, se consigue liberar la tensión del órgano, devolviendo la funcionalidad y el movimiento que se habían visto alterados.
El masaje facial es un tratamiento de belleza en el que se emplean un conjunto de técnicas basadas en manipulaciones manuales sobre la piel en la cara. A grandes rasgos, son pequeños movimientos realizados sobre el rostro, aplicando diferentes grados de intensidad, fricciones, presiones, pellizcos y amasamientos.
